Descripción
Cuenta la leyenda que, antiguamente, cada persona tenía su propio llamador, el cual agitaban cuando se sentían tristes y haciéndolo sonar su ángel acudía en su ayuda.
Éste llamador representa el Rayo Violeta de la casa Angélica de Zadquiel, y apoya equilibrando emociones, potenciando la confianza en nosotros mismos, así como en nuestros procesos de transformación, a través la liberación, la compasión y la paz interior.
Incluye de regalo una cadena de acero inoxidable (el modelo puede variar al de la foto de acuerdo a la disponibilidad) y una bolsa protectora.
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